Redacción. Valencia
Los servicios de Neurología y Cirugía Maxilofacial del Hospital Clínico Universitario de Valencia han comenzado un ensayo clínico sobre la colocación de un chip en el maxilar del paciente que, a través de pequeñas descargas, actúe sobre un ganglio y elimine el dolor de la migraña.
José M. Láinez Andrés.
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Estos servicios ya han tenido éxito con un ensayo de características similares para tratar la cefalea en racimo y el pasado mes de mayo realizaron la primera intervención, pionera en el mundo, a un paciente fuera del ensayo clínico. Actualmente, investigan los beneficios de la colocación del mismo neuroestimulador para combatir la migraña, y ya han implantado el primero a un paciente que participa en el ensayo clínico.
El jefe del Servicio de Neurología del Hospital Clínico de Valencia, José M. Láinez Andrés, ha explicado que en el ensayo clínico para combatir la cefalea en racimo observaron que el dispositivo también actuaba sobre pacientes que, además, presentaban migraña. “Ahí es cuando vimos la importancia de investigar el dispositivo también para combatir la migraña, una patología que sufre un mayor porcentaje de población”.
Crisis muy frecuentes
El ensayo clínico pretende comprobar la eficacia de un neuroestimulador para los pacientes con migraña con crisis muy frecuentes y en los que los tratamientos convencionales no han funcionado. “Existe un porcentaje de casos que no responden a los tratamientos convencionales y es para este grupo de pacientes para los que está pensado este ensayo clínico”, ha afirmado Láinez.
En este ensayo clínico, único en el mundo, participan cinco hospitales europeos. Además del Clínico de Valencia, colaboran centros de Dinamarca, Alemania, Bruselas y Francia. El ensayo incluirá la colocación y posterior estudio de diez dispositivos en pacientes que sufren migraña y que han sido refractarios a los tratamientos convencionales.
El neuroestimulador se coloca a través de una pequeña incisión en un lado de la cara, por el interior de la boca, sin cicatrices, por lo que, aunque su requiere de una técnica “muy minuciosa y precisa”, se trata de un procedimiento “mínimamente invasivo y con una estancia hospitalaria corta”, según ha explicado el jefe del Servicio de Cirugía Maxilofacial, Miguel Puche.
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